Pintar las paredes de la casa es una de las tareas más sencillas que puedes hacer tú mismo. Saber elegir el tono de pintura adecuado es muy importante para que el resultado sea perfecto, pero también lo es preparar previamente la pared eliminando cualquier tipo de desperfecto. |
Planifica: Debes revisar todas las superficies que vas a pintar para descubrir grietas, hongos o desprendimientos en la pintura antigua. Especialmente sensibles al paso del tiempo son las esquinas y la zona alrededor de las puertas. |
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PASO 1: |
PASO 2: Con una espátula agranda ligeramente todas las grietas que encuentres, elimina las abolladuras o desprendimientos de pintura. Con una brocha seca, cepilla la abertura para eliminar el polvo. Así garantizarás una adhesión adecuada. |
PASO 3: Con un pulverizador moja la grieta. Sobre una superficie ligeramente humedecida agarra mejor la pasta para el recubrimiento. |
PASO 4: Aplica la pasta con la espátula en perpendicular a la grieta y de arriba hacia abajo. Aplica poca cantidad cada vez, extiende inclinando ligeramente la espátula y retira el sobrante con un movimiento vertical. |
PASO 5: Deja que seque la pasta el tiempo indicado por el fabricante y lija con un taco de lija. Con un trapo o brocha seca y retira el polvo resultante. |
PASO 6: Si algunas de las esquinas de tus paredes están golpeadas, debes reconstruirla para que el posterior trabajo de pintura sea perfecto. Utiliza una regla metálica o listón como tope, para hacer el ángulo. |
PASO 7: Bien, ya casi estás listo para comenzar a pintar. ¡Sí! Pero espera. ¿Qué sucede con la pintura base? ¿La necesitas? Si estás pintando sobre paredes en buenas condiciones y con un color similar al que está actualmente en las paredes, no debería tener problemas si no utilizas una pintura base. Si estás por realizar un cambio drástico en el color, pintar con un color puro y luminoso, deberías aplicar alguna pintura base para su capa inicial. |
Ahora está listo para el color. ¡Feliz pintura! |