La limpieza y el mantenimiento adecuados son el ingrediente secreto para una excelente parrilla. Una parrilla de barbacoa limpia proporcionará temperaturas más altas y una mejor distribución del calor, y tampoco tendrás tantos problemas con la comida pegada a las rejillas. En general, un buen mantenimiento significa un mejor rendimiento.
Algunos pasos simples que mantendrán tu parrilla en la mejor condición:
1. Limpiar el quemador
El quemador y los tubos de gas son la parte más importante de la parrilla. Se aseguran que la temperatura sea la adecuada. Mantenerlos limpios te ayudará a cocinar todo a la perfección. El proceso de limpieza será antes y después del uso.
Comienza apagando el tanque de gas y retirando las parrillas de cocción. Separa los tubos y el quemador, teniendo cuidado de no dañar ningún componente. Los tubos se pueden limpiar con agua tibia y jabón, y el quemador se puede limpiar con un paño de microfibra húmedo. Seca con una toalla los puertos del quemador y limpia cualquier residuo restante con un palillo de dientes. Coloca el quemador y los tubos a un lado hasta que termines de limpiar el resto de la parrilla.
2. Lavar la parrilla
Una vez hayas quitado el quemador y los tubos, es una gran oportunidad para limpiar bien el interior de la parrilla.
Antes de comenzar, usa papel aluminio para cubrir las válvulas de gas y evitar la corrosión. Luego, con un cepillo de parrilla, frota el interior con agua tibia y jabón. Cuando hayas raspado todos los desechos y residuos, enjuaga bien la parrilla y seca con una toalla. Cuando todo esté seco, coloca el quemador y los tubos de gas.
3. Limpia las rejas
Asegúrate que los quemadores estén completamente apagados y permite que la parrilla se enfríe. Retira las parrillas de cocción y frótalas bien con un cepillo de parrilla con agua jabonosa. Seca bien las parrillas para cocinar y vuelve a colocarlas. Aplica una capa de aceite vegetal a las rejillas una vez que haya terminado.
Hazlo regularmente para prevenir la acumulación de alimentos y bacterias, y también protegerá contra la corrosión.
4. Limpiar el exterior
Para una tapa de acero inoxidable, el agua caliente y jabonosa generalmente será suficiente para eliminar la mayor parte de la grasa y la mugre. Enjuaga el jabón restante con agua tibia y seca con un paño limpio. Termina con un limpiador de acero inoxidable para una apariencia pulida.
Una tapa pintada se puede limpiar rutinariamente con agua y jabón como otros tipos de tapas. Si la superficie muestra signos de corrosión, puedes retocar la tapa con pintura de alta temperatura. Primero, elimina la corrosión con lija, luego lava y seca el área. Cuando esté completamente seco, aplica la pintura de acuerdo con las instrucciones del producto.
El método de limpieza que uses dependerá del material de la superficie, que varía entre barbacoas. Aquí hay algunos consejos para cuatro de los materiales más comunes.
5. Protégela con un forro
No importa de qué tipo de material de superficie esté hecha tu parrilla, puedes mantenerla protegida durante el almacenamiento con un forro.
Limpieza de parrilla de carbón vs. gas
La principal diferencia es que las parrillas de carbón requieren un mantenimiento más regular para mantenerse en condiciones óptimas, y lo ideal es que se limpien después de cada uso.
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